(Por: Javier Karmy)
Otro
duro golpe ha recibido la multinacional canadiense Barrick Gold en Chile tras
la orden de la Corte Suprema de paralizar su proyecto Pascua Lama, ratificando lo
señalado por la Corte de Apelaciones de Copiapó. Tras años de lucha, las
denuncias comunitarias de las innumerables irregularidades del millonario
emprendimiento binacional paralizan el proyecto que amenaza la vida del Valle
del Huasco dejando abierta la posibilidad a una revocación del permiso ambiental
del proyecto.
Si bien la Corte Suprema
ratificó las denuncias que han realizado las comunidades y la ordena a que
paralice sus faenas hasta que la empresa adopte “todas las medidas contempladas
en la RCA para el adecuado funcionamiento del sistema de manejo de aguas, así
como las medidas urgentes y transitorias que ha ordenado la Superintendencia
del Medio Ambiente, previa verificación por parte de la mencionada autoridad
medioambiental”, deja la puerta abierta para que se revoque el permiso
ambiental del proyecto Pascua Lama.
La Corte Suprema expresa en el
fallo que “tanto los recurrentes como cualquier otro particular puedan iniciar (…)
las acciones que estimen pertinentes ante la autoridad o el Tribunal Ambiental
correspondiente, tanto para obtener la revocación de la RCA del proyecto Pascua
Lama o para constatar si se mantienen o no las variantes ambientales vigentes
al momento de aprobar el proyecto”.
El
fallo unánime de la Tercera
Sala de la Corte Suprema ordena “el inicio del procedimiento administrativo de
revisión de la RCA, para determinar si efectivamente la variable ambiental
relativa a la línea de base de calidad de aguas del proyecto ha variado
sustantivamente, y por ende, corresponde adoptar las medidas administrativas
necesarias para corregir dicha situación”.
Además, tras este fallo, Barrick está
obligada a presentar “toda la información relativa al plan de seguimiento y
monitoreo de glaciares y glaciaretes ante la Superintendencia del Medio
Ambiente a fin de que ésta fiscalice y monitoree el cabal cumplimiento de la
ley ambiental, sin perjuicio de que inicie los procedimientos administrativos
correspondientes”
Para el cumplimiento de lo
decretado por la Suprema precedentemente, se ordena a la Superintendencia de
Medioambiente a implementar y ejecutar “a lo menos semestralmente, actividades
de fiscalización al proyecto, en especial, a las obras relacionadas con los
recursos hídricos afectados por su realización.”
Finalmente, la Corte Suprema
establece que “las medidas decretadas por la Corte de Apelaciones de Copiapó
son como suficientes para proteger las garantías constitucionales que se
denuncian vulneradas, puesto que –según se expuso en el considerando segundo-
se ha ordenado paralizar las faenas del proyecto Pascua Lama hasta que se
cumpla previamente con la construcción de todas las obras destinadas a dar
protección al recurso hídrico, asimismo se ordena dar cabal cumplimiento al
Plan de Monitoreo contemplado en la respectiva Resolución de Calificación
Ambiental y se establece además un sistema de fiscalización del cumplimiento de
las medidas. Este conjunto de providencias permite asegurar -en el intertanto-
de manera efectiva los derechos de los recurrentes, dando pleno cumplimiento al
objetivo buscado por el Constituyente”.
Ya en noviembre de 2012 el
Sernageomin había paralizado de forma total pero temporal las faenas del
emprendimiento minero por incumplir reglamento de seguridad minera que afectaba
la salud de sus propios trabajadores. A mitad de año una autodenuncia de
Barrick iniciaba un proceso de fiscalización por parte de la Superintendencia
de Medioambiente y paralelamente se iniciaba un juicio para reponer los
derechos fundamentales violados por este proyecto, el que hoy ratifica la paralización.
Por su parte, en el tercer trimestre de 2013 Barrick declaraba una millonaria
pérdida de más de ocho mil millones de dólares como consecuencia de la
paralización de su proyecto estrella (Pascua Lama). Por eso también reestructuraron dos veces
la plana ejecutiva de la división chilena de Barrick… pero, lo que no han
podido resolver son las constantes protestas, manifestaciones y rechazo de las
comunidades del Valle del Huasco, en la región de Atacama que llevan más de
diez años exigiendo el cierre del proyecto.